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06 agosto 2017

Cerveza sin alcohol Damm Free

Sí, ¿qué pasa? El calor me ha afectado al cerebro. O mejor dicho, como consuma la cantidad de cerveza que me pide el cuerpo con esta caló, como dice el chiste, si me incineran voy a estar ardiendo una semana.



Yo reconozco que, aparte de no saber a nada, no está del todo mala.



¿Por qué,por qué, por qué? ¿POR QUÉ c****s?

Además, en mi lata dice que los azúcares son 1.7g, y no 1.5 como dice ahí. ¿Y por qué hay que echarle maíz y arroz? Pues ya que estamos que le echen dos cucharadas de cacao.





28 mayo 2017

Sunny Delight (II): Más publicidad engañosa. ¿Piensan que no sabemos matemáticas?

El nuevo anuncio de Sunny Delight, producto del que ya hablé en otra ocasión anterior, presume de que tiene un 55% menos de azúcares que la media de los refrescos de fruta sin gas. Aunque en el anuncio de la tele se queda simplemente en que tiene un 55% menos de azúcar, que yo he pensado que era respecto a la versión anterior de sí mismos y ya estaba yo pensando que es que se habían reinventado de cara al verano y la galopante epidemia de obesidad, preocupación por la ingesta de azúcar, yada, yada, yada.






Pues no, es respecto a la competencia, no a ellos mismos. Y esta afirmación, ¿qué tiene de verdad?

En primer lugar, me resulta bastante difícil pensar en marcas de refrescos de fruta sin gas. ¿Trina? ¿Hay más? Porque hacer las estadísticas respecto a un único producto resulta poco significativo. Una búsqueda en Google me proporciona tres nombres más: Radical, Solán de Cabras y Día. Creo que con esto ya me apaño. Pero vamos por partes.

Primero necesitamos los valores e ingredientes del susodicho Sunny. He escogido la versión Florida.

Sunny Florida





Ingredientes: Agua, 5% de zumo de fruta a partir de concentrados, azúcar, [...], edulcorantes. Creo que esto no ha variado respecto a la versión anterior. Además de un montón de guarrerías como acidulantes, estabilizadores o aromas. Sí, le han echado vitaminas también, lo cual no es de extrañar porque nos están vendiendo agua con un chorrito de zumo.

Contenido de azúcar: 3.4%
Si lo calculamos respecto al porcentaje de zumo, que es del único sitio de donde podría salir el azúcar natural... nos da un 68% de azúcar.

¿Qué hay del Trina? He escogido el de naranja por aquello de que las comparaciones sean más fáciles.

Trina




Ingredientes: Agua, 10% de zumo de naranja a partir de concentrado, jarabe de glucosa y fructosa, azúcar, acidulante, aroma, colorante, estabilizante, vitamina. Ugh, la misma porquería que el otro.

Azúcares un 8.9%, que sobre el porcentaje de zumo representa un 89%.  No hay que saber nada de matemáticas para caer en la cuenta de que si tiene el doble de zumo, también debería tener el doble de azúcar. Pero esto no es el doble, sino que lo triplica. De no llevar azúcar añadida el porcentaje total no debería superar el 1%.

Esto es una auténtica porquería por mucho que le hayan echado DOS chorritos de zumo de naranja.


Radical





Ingredientes: Agua, 8% de zumo de naranja a partir de concentrado, acidulante, antioxidante, estabilizante, edulcorante, aroma y colorante. Espera, esto no lleva azúcar. ¿He cogido el Zero sin querer? No, es que este no lleva azúcar.

No hace falta ningún porcentaje. El 0.8% de azúcares que tiene provienen del 8% de zumo de naranja, sin trampa ni cartón.

Sigue siendo una guarrería, pero gana al Sunny por goleada en la liga de las guarrerías.


Día






Ingredientes: Agua, 10% de zumo de naranja, azúcar, jarabe de glucosa y fructosa, edulcorante, aroma, antioxidante, estabilizante, colorante. Ay, qué asquito.

Azúcares 6.4%, que sobre el porcentaje de zumo representa un 64%. Pues más o menos igual que el Sunny. Pero este tiene el doble de zumo. Y el doble de azúcar. Es decir, el mismo porcentaje. Ya nos empiezan a fallar las matemáticas, o a lo mejor es que no han escogido este para su estudio, ¿no?


Solán de Cabras: Aguas de sabor
Lo curioso de esta marca es que no lo denominan refrescos, ni bebidas de frutas ni con ningún otro término que indique que te estás zampando algo medio sano. Es agua con sabor. Joe, que es lo que es al fin y al cabo. Por lo menos los tíos son sinceros... o es que piensan que a los hombres y mujeres de hoy en día nos van a entrar mejor así, queda más pijo, oye. Agua de Naranja. Como la colonia que yo uso: Agua de Sevilla.
Ah, no, que luego cuando sigues leyendo sí que pone "refresco sin gas bajo en calorías". Y tan bajo, co***es, que es agua !!!




Ingredientes: Agua mineral, 20% de zumo de naranja a partir de concentrados, fructosa, (ya la estamos liando, fructosa pura y dura, ni siquiera azúcar), sucralosa, (un edulcorante fabricado a partir del azúcar con un tercio de sus calorías y 400 veces más potente), acesulfamo (otro edulcorante, ya he perdido la cuenta), corrector de acidez, vitaminas, aroma, estabilizador y colorante.

3.7% de azúcar, que representa un 18.5% respecto al porcentaje de zumo.

La única razón que veo para que el Sunny tenga la mitad de azúcares, es que lleva la mitad de zumo, y así claro que sí. Así sí que salen todas las cuentas. Estos se han buscado a un publicista inteligente, la verdad.


Resumiendo: ve a la nevera y píllate una botella de agua.

PS: ¿Y desde cuándo la mitad de azúcar significa la mitad de dulce, anyway ???




12 marzo 2017

Leches de almendras "Almendrola" y Milbona: otra vuelta de tuerca en el timo alimenticio

Últimamente se ha puesto de moda ser intolerante a la lactosa, i.e., decir que uno es intolerante a la lactosa. No me refiero a la gente que ha ido al médico y se lo han diagnosticado (de los que conozco a uno), ni de aquellos que, vale, la leche les sienta mal y se han autodiagnosticado, de los que conozco a tres, sino de aquellos que piden por sistema "leche sin lactosa" porque "es mejor para el cuerpo."

Porque tú lo digas. ¿Dónde dices que te sacaste el grado en Medicina? ¿Las prácticas en el John Hopkins de Seattle? ¿Y esas investigaciones realizadas en Internet con las cuales te publicaron un artículo?

Igual que los alimentos sin gluten también son mejores. Porque sí. Por sistema. Porque me lo ha dicho mi vecina y lo han puesto en el Facebook. Porque parece que si pedimos sin algo somos más pijos. Bueno, yo no. Primero, porque sólo pido sin (alcohol) la cerveza de los viernes cuando tengo que volver a clase, y segundo, porque podrás llamarme muchas cosas en la vida, pero pija no es una de ellas.

De acuerdo, supongamos que somos intolerantes a la lactosa. Existen multitud de leches sin lactosa en el mercado, a las que, como ya he comentado en anteriores ocasiones, se añade la enzima lactasa para descomponer la lactosa en sus dos ingredientes primordiales, que son la glucosa y la galactosa. Ese es el proceso que de forma natural no pueden realizar las personas con intolerancia (porque su cuerpo ha dejado de producir dicha enzima lactasa). Este proceso, además, provoca que la leche sin lactosa sea más dulce que la leche normal, pero no se le han añadido ningún tipo de azúcares, sino que la glucosa y la galactosa por separado son más dulces que la lactosa.

So far, so good.

Los problemas empiezan cuando damos un paso más y cambiamos la leche por las bebidas vegetales. ¿Por qué? Recientes estudios confirman que la leche ENTERA es más sana que la semi o la desnatada, y que además las grasas saturadas que contiene, al ser de cadena más corta, no resultan perjudiciales para el organismo.

¿Qué sentido, salvo intestino irritable, tiene comprar una bebida vegetal? Si te gusta la leche, dale, tienes un pasillo entero en el supermercado.

Y si te sientes ofendido por mis comentarios (y esto va a ir a peor, lo prometo) te recuerdo que ahí arriba en el borde de la pestaña del navegador, tienes una cruz que me hace desaparecer por arte de magia.

Así que hemos decidido que somos lo más cool del mundo y nos vamos a pasar a la leche de almendras. Pero una de calidad, que a saber qué le echan los del Lidl a la suya, que seguro que le han machacao UNA almendra y se han quedado tan campantes.

Cuando busco información en Google, la marca que más me sale se llama Almendrola, que con ese nombre tan currao digo yo que deben ser expertos en la materia. Además, tienen distintas variedades para todos los gustos.



Bueno, ya para empezar me ha acojonado el precio. Vale que las almendras son caras, pero esto me parece un poco exagerado. Deben ser almendras ecológicas del valle del Jerte recogidas a mano durante la primera luna llena de la primavera. Como poco.

Rebobino. ¿Cuánto cuesta un litro de la cutre esa de Lidl?



¡La leche! 0.90€. Vale que estaba de oferta y ya se ha terminado, pero por mucho que la suban... Creo que he visto por ahí que el precio normal es de 1.29€.

¿Y la sin lactosa "de toda la vida"?



Vale, así de entrada ya estamos pagando 0.53€ - 0.99€ más por cada litro de leche. ¿Esto de verdad merece la pena???

Vamos a entrar en faena. Almendrola. Ingredientes:



¿Perdona? ¿Agua, azúcar y almendras? ¿Un 4% de almendras? ¿Diez almendras? ¿Doce? Que por muy caras que sean las almendras... será que para traer el agua del Montseny ese hay que contratar a Sherpas del Himalaya y adentrarse en las montañas en un viaje peligrosísimo de una semana luchando contra panteras y dragones.




8% de azúcar proveniente casi íntegramente del azúcar añadido porque las almendras no tienen, lo cual me da, yo que soy de mates, 4 + 8 = 12, 100 - 12 = 88% de agua.

¿Que sólo tiene 59 calorías por 100 gramos? Normal, ES AGUA CON AZÚCAR, y ni siquiera eso.

Ah, espera, que también tienen una variedad sin azúcar. Digo con fructosa. Como si la fructosa no fuera azúcar, y además mucho peor que esta, porque se absorbe mucho antes y favorece el desarrollo de la resistencia a la insulina.





Esta sólo la venden en tiendas de dietética, por unos modestos 2.67€ el litro. Casi na.



Está bien, pagar 2.67€ por un litro de agua con azúcar.

Claro que también tenemos la versión sin azúcares añadidos. Ninguno. De ningún tipo.




Así que le quitamos el azúcar, le bajamos un 31% el contenido de almendra (¿por cuántas vamos, cinco almendras?), le añadimos aceite de girasol, carbonato cálcico, goma, sal y las vitaminas que le hemos quitado porque ya no nos queda nada. Teniendo en cuenta que los ingredientes se aparecen según el porcentaje presente, todo me lleva a pensar que de camino también han aumentado la cantidad de agua. O esto no cuadra.

Leche de almendras = agua con aceite, sal, goma gellan (gelatina vegetal), y carbonato de calcio que se usa para reducir la acidez. A 1.60€ el litro.

Hay que tener estómago para tragarse esto.

So cenutrios, que os están vendiendo agua sucia a precio de aceite de oliva virgen.

No comprendo cómo alguien puede ser intolerante a la lactosa pero no sufrir un cólico al tragarse esto.


Investigando un poco más, ¿pero qué porcentaje de almendras debería llevar esto?, he encontrado una demanda contra la compañía "Blue Diamond" por su leche de almendras:




"Blue Diamond doesn't list what percentage of Almond Breeze is made from almonds in the U.S., but a U.K. Almond Breeze website says it's only 2 percent, FoodNavigator-USA reports.
The lawsuit, filed July 14 in New York, doesn't specify what percentage the average customer would deem acceptable for purchase, but it does say "upon an extensive review of the recipes for almond milk on the internet, the vast majority of the recipes call for one part almost and three or four parts water, amounting to 25-33% of almonds."

"Blue Diamond no indica qué porcentaje de Almond Breeze está hecho con almendras en USA, pero la página web de Almond Breeze en el Reino Unido dice que sólo es el 2%.
La denuncia interpuesta el 14 de Julio en Nueva York no especifica qué porcentaje sería considerado aceptable para que pudiera venderse, pero afirma que "en un estudio intensivo sobre las recetas de leche de almendras que pueden encontrarse en internet, la mayoría de las recetas hablan de una parte de almendras por cada tres o cuatro partes de agua, es decir, entre un 25% y un 33% de almendras"

Vamos, que en USA a esta gente la habrían llevado a juicio por publicidad engañosa. Aquí vamos a la tienda de nutrición, nos dejamos una pasta y encima fardamos con los amigos de lo gilipollas que somos.





26 diciembre 2016

Puleva Max

En los últimos años se ha extendido la creencia de que darle leche normal a los niños no es del todo correcto, porque necesitan nutrientes adicionales. No entro a discutir las ideas de los que consideran que la leche es completamente superflua, dado que ya conseguimos los nutrientes en base al amplio rango de alimentos que consumimos como niños y adultos (como opuestos a bebé) y que se situarían al otro lado del espectro.

Aprovechando el hueco se ha desarrollado una industria de leches especiales dirigidas específicamente a los niños. Entre ellas tenemos Puleva Max en sus múltiples versiones.

Puleva Max clásica:

Cuyos ingredientes e información nutricional son los siguientes (información obtenida directamente de la página oficial):




Leche desnatada, agua, azúcar, y más adelante fructosa. 2.2% de azúcar añadida al 4.5% de lactosa que ya tiene la leche. 
Fructosa, Pura y dura. Bien vamos.
Agua y azúcar. ¿Por qué? ¿Por qué hay que añadir agua y azúcar a la leche? ¿Y por qué leche semidesnatada cuando los últimos estudios demuestran que, en contra de lo que se creía, los ácidos grasos de la leche entera son beneficiosos para el organismo?
62 calorías, que son exactamente las mismas que tiene la leche entera.


Puleva Max cereales y cacao:



Y la información nutricional:



Como ya sabemos, más es menos, y cuanto "mejor" es el producto para el organismo, "peor" son sus valores nutricionales.
Leche parcialmente desnatada, agua, azúcar, fructosa, 0.7% de cacao (se lo han enseñado) y 0.3% de cereales (trigo, arroz, maíz, cebada, mijo, avena, centeno y sorgo). The milk! ¿Cómo se pueden meter ocho cereales distintos en un 0.3% de producto? Eso sale a una media de 0.0375% de cada uno. Ni olerlos. Vamos, que le han echado un puñado de cada uno al recipiente donde la estaban elaborando.
)Sigo pensando que debería ser ilegal vender un producto basándose en ingredientes que no representan ni un 10% de su composición).

10% de azúcares. Vale, el cacao y los cereales tienen azúcar pero, ¿esa cantidad ínfima de ambos justifica un 5.5% más de azúcar?

Sigo pensando que se consigue más con un vaso de leche "normal", un puñado de boquerones y un par de mandarinas. 




30 noviembre 2016

Cuajada y flan Royal

Ayer estaba en el supermercado cuando vi a una mujer, a una madre acompañada de una cría que no llegaría a los diez años, puede que siete, comprando dos paquetes de sobres Royal para preparar flan.

Se me encendieron todas las alarmas.

Hoy en día es correcto decirle a alguien que no debería fumar, que el tabaco es malo para la salud. Es correcto, y necesario, advertirles de que no deben abusar del alcohol, porque es perjudicial para la salud. Sin embargo, como me pasa a mí a diario (y la razón por la que he dejado de publicar las entradas del blog en el Facebook) cuando les dices que el azúcar es perjudicial para la salud, cuando tratas de hacerles ver la cantidad de azúcar añadida que están ingiriendo diariamente, te miran con cara rara, te dan la espalda, se burlan de ti o directamente te sueltan que eres una pesada y que les dejes en paz.

¿Cuándo será socialmente aceptable decirle a una persona que esa comida que está tomando, la que le pone en la mochila a sus hijos para la hora del recreo, no es buena para su salud?

En fin, volviendo a los flanes en polvo Royal, me he encontrado con la cuajada. También Royal. Yo no recuerdo haber tomado nunca cuajada, pero mis instintos me dicen que sale de la leche. A eso llego. Por lo cual no puedo reprimir mi estupor cuando veo la lista de ingredientes.


Almidón, fructosa, espesante, azúcar (y ya van dos), estabilizador, aroma y cuajo. PUEDE CONTENER LECHE.

Puede contener leche. No. Debería contener leche. En polvo, desnatada, lo que sea. 40% de azúcar. 

Mi wikipedia dice que la cuajada es un producto lácteo elaborado con leche que se cuaja por efecto de un fermento, el cuajo, que se extrae del estómago de los rumiantes.

No dice nada de almidón. Ni de azúcar al cuadrado. Leche y cuajo. Para hacer cuajada te tienen que vender el cuajo, ya que la leche la vas a poner tú. Todo lo demás sobra.

Busco una receta de cuajada casera en internet (aquí está el enlace a la receta) y me encuentro que los ingredientes son leche fresca recién ordeñada (o en su defecto leche fresca y leche en polvo, para que ayude a cuajar), cuajo y sal. No dice nada de azúcar.

Luego llega la Arguiñano, la de los postres, y le añade azúcar a la receta para que no se le queme la leche. Pues no te vayas a ver la tele mientras la estás preparando, milks. 


Pero yo iba a por el flan y me he ido pero por las ramas.





Ingredientes: Azúcar, carragenina (una mezcla de minerales que se encuentran en algunas algas y que se usan como espesantes desde hace muchos años. Pero vamos, que no ocupan sitio) y goma, para espesar más. Menos del 2% de sabor natural y artificial, sal, jarabe de maíz de alta fructosa, azúcar, jarabe de caramelo y color caramelo.

Hasta ahora he contado azúcar cuatro veces. Azúcar con jarabe de fructosa con azúcar y con caramelo. Lo que no encuentro, aparte del concentrado de algas, es algún otro ingrediente que no sea azúcar. Veamos la información nutricional: ¡en 19 gramos de producto hay 18 gramos de azúcar! Vamos, que te están vendiendo dos sobrecitos de azúcar y llamándolo flan.

Lo más gracioso es que indica que para un postre más rico, además de la leche le añadas dos yemas de huevo. Y si no está lo bastante dulce, 1/4 de taza de leche con azúcar. ¿Qué fabricante puede tener la cara dura de indicar que le añadas más azúcar a un producto que es esencialmente azúcar?

Y digo yo, ¿el flan no es leche con huevos y azúcar? Si tengo que añadir la leche y los huevos, ¿qué carajo se supone que me están vendiendo? Porque si lo que no quiero es tener que meterlo al horno, le echo unas láminas de gelatina y se acabó el problema.

A la cárcel. Todos.


02 septiembre 2016

Experimentando con la fructosa

Hasta ahora, la mayor parte de los regímenes de adelgazamiento se han basado en el hecho de que hay que comer menos calorías de las que gastas, y de esta forma perderás peso. El error en semejante razonamiento proviene de considerar que todas las calorías son iguales, que el cuerpo las procesa de igual manera, independientemente de dónde procedan. Y no. No es lo mismo comerse dos bocadillos de jamón que un trozo de tarta.




Hasta hace unos 500 años el azúcar de mesa, como tal, no existía. No hasta que los emigrantes europeos empezaron a explotar las plantaciones de caña de azúcar en el caribe. Hasta entonces toda el azúcar que consumíamos provenía exclusivamente de la que se encuentra en frutas y verduras... y cereales. O no. Porque sólo hace 10000 años que aprendimos a cultivarlos. Durante el millón de años anterior nuestro cuerpo no recibía nada de eso. Estábamos adaptados a vivir a base de carne, frutas y raíces. ¿Resulta tan difícil creer que no hemos tenido tiempo material (1000 años, 500 años) para adaptarnos a una nueva dieta que nos es completamente ajena? No es de extrañar que nuestro cuerpo nos saque el dedo. Tráeme un mamut.

Con un estudio de 2009 de la Universidad de California, el Dr. Davis se une al creciente grupo de científicos que demuestran que consumir jarabe de maíz de alta fructosa es la forma más rápida de destrozar tu salud. Ahora se sabe sin el menor género de duda que el azúcar añadido, en cualquiera de sus formas, nos está pasando una factura exorbitante.

Y la fructosa en cualquiera de sus variantes, incluyendo el JMAF y la fructosa cristalina, son lo peor de lo peor. La fructosa, un endulzante barato que normalmente se obtiene a partir del maíz, se usa en miles de comidas procesadas y refrescos. Un consumo excesivo de fructosa puede causar daño metabólico y desencadena los primeros estadios de la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardiacas, que es lo que demostró el estudio de Davis.

En dicho estudio, durante un período de 10 semanas, se sometió a 16 voluntarios a una dieta controlada con altos niveles de fructosa. Los sujetos desarrollaron nuevas células grasas alrededor del corazón, el hígado y otros órganos del aparato digestivo. También mostraron anomalías a la hora de procesar la comida, anomalías asociadas a la diabetes y las enfermedades cardiacas. Otro grupo de voluntarios con la misma dieta, pero consumiendo glucosa en lugar de fructosa, no presentó ninguno de estos problemas.

La fructosa es uno de los principales detonantes de:

- Resistencia a la insulina y obesidad
- Tensión arterial alta
- Niveles altos de triglicéridos y de colesterol malo
- Falta de vitaminas y minerales
- Enfermedades cardiovasculares, hepáticas, cáncer, artritis e incluso gota

[To be continued]

Artículo original en inglés I






30 agosto 2016

Petit suisse

Cuando yo era pequeña decían que estas cosas había que tomarlas de dos en dos, para crecer alto y fuerte. Mi madre nunca me dio uno. De hecho, creo que hace un año le "robé" uno a mi sobrino para averiguar a qué sabían. 

A lo mejor por eso me he quedado tan chica...



Ingredientes: leche desnatada, azúcar, nata, 6% de fruta.
El azúcar antes que la fruta. Me parece genial, la verdad.
13.5% de azúcar. Aun teniendo en cuenta que parte de ella proviene de la lactosa de la leche... es una barbaridad.
Y carmín.

Luego tenemos la variedad marca blanca DIA.




¿Apostamos? ¿Mejor o peor?




Pues más o menos lo mismo. Un 10% de azúcar, que junto con la lactosa se convierte en un 13%, un 6% de fruta, independientemente de la variedad, y jarabe de glucosa y fructosa, pos si no estaba ya bastante dulce con el azúcar.

Lo único bueno que le encuentro a esto es que la poca fruta que lleva es de verdad y no aromas.

Vamos, que nos meten una porquería detrás de otra.

Queso fresco con fruta: pues queso fresco y fruta. Vale, algún conservante para que no se estropee antes de que te lo comas pero, ¿por qué hay que atiborrarlo de porquerías? Que cada uno le eche el azúcar que le apetezca, si es que le apetece.







29 agosto 2016

Una breve historia de la Coca Cola

La Coca Cola, inicialmente concebida como un medicamento que se vendía sin receta, y de dudosa eficacia, fue inventada a finales del siglo XIX por John Pemberton.



El nombre hace referencia a dos de sus ingredientes originales: nueces de cola (una fuente de cafeína y origen del término "cola"), y hojas de coca, aunque la cocaína fue totalmente eliminada de los productos alrededor del año 1929.

Veamos la composición típica de una lata de Coca Cola. Aunque los ingredientes y porcentajes varían dependiendo de los países, el porcentaje de azúcar se sitúa en torno al 10% - 11%:



En una botella de 250 cl, un quinto para los amigos, tenemos 27 gramos de azúcar añadido. Creo que la etiqueta lleva a confusión, porque indica que corresponden a un 29% de la cantidad diaria recomendada, lo cual lleva a pensar que uno puede ingerir alrededor de 100 gramos de azúcar al día, y quiero creer que aquí sí que van incluidos los azúcares presentes de forma natural en frutas y verduras. Aun así, 27 gramos de azúcar ya son la cantidad recomendada de azúcares añadidos diarios.
Los médicos no aconsejan más de un botellín a la semana.

Si cambiamos de país cogemos una lata americana, lo primero que notamos es que además le han añadido sal. ¿Qué consiguen con esta jugada en principio absurda? Pues que te entren ganas de orinar, tengas más sed y pidas otra Coca Cola.




Además, no nos indica el porcentaje de azúcar que estamos ingiriendo respecto a la cantidad diaria recomendada. Sí el de hidratos de carbono, pero es que no son lo mismo. Según mis cálculos, sería del 42% por ciento (casi la mitad diaria de azúcar en una sola lata de refresco), y ya habríamos superado con creces la cantidad de azúcar añadida recomendada.

Gráficamente podemos verlo así, donde junto a cada envase se ha indicado la cantidad de azúcar que contiene.




Pero la cosa no acaba ahí, y va a peor.

La compañía ha seguido diferentes estrategias a la hora de comercializar su producto y conseguir que bebamos más. En la siguiente foto se aprecia cómo han evolucionado los envases con los años (llevándonos a beber más y más cada vez), así como cuál sería el peso ganado durante un año si tomáramos uno de esos envases diariamente. Porque, como todo el mundo sabe, "una botella de medio litro de Coca Cola no está pensada para dos personas, sino que es una sola ración).

Nota: las medidas son americanas, por lo que las cantidades pueden resultar extrañas.



Es decir, tomando diariamente una lata de Coca Cola, en un año engordaríamos 7 kilos. Fabuloso.

Y las cosas siguen empeorando.

En 1985 la compañía reemplazó la fórmula original por una nueva, a la que llamaron New Coke. Los ensayos a ciegas habían demostrado que los consumidores preferían el sabor más dulce de la Pepsi. El nuevo invento era más dulce que el original y contenía más calorías y mayor cantidad de cafeína, que es un diurético, y por lo tanto aumentaba todavía más las ganas de orinar, y la sed.




La nueva fórmula no cuajó, y tras apenas tres meses en el mercado fue rebautizada como "Canadian Coke", empezó a ser retirada de las tiendas americanas y sustituida de nuevo por la receta original, bautizada ahora como "Classic Coke". Pero con un ligero cambio. Mientras anteriormente los envases de Coke llevaban azúcar, ahora todos ellos usaban jarabe de maíz de alta fructosa como endulzante. Más dulce, más barato, más dañino por contener un 55% de fructosa.

Aunque antes de 1985 algunos fabricantes de Coca Cola ya usaban el JMAF en sus productos, tras la reintroducción de la "antigua" fórmula se convirtió en una práctica habitual y casi universal.









23 agosto 2016

¿Por qué es mala la fructosa?

El azúcar (sucrosa) y el jarabe de maíz de alta fructosa aportan una parte significativa de las calorías totales en una dieta occidental estándar. Los dos están formados por dos azúcares simples, glucosa y fructosa.

La glucosa podemos encontrarla en la naturaleza en el almidón, en alimentos como las patatas o los cereales. Nuestro cuerpo la produce, y todas las células en la faz de la tierra contienen glucosa. Es una molécula esencial para la vida. Sin embargo, la fructosa no lo es. Los humanos no producen fructosa, y durante toda su historia evolutiva no la han consumido nunca, excepto de forma ocasional cuando la fruta estaba madura.

La glucosa y la fructosa se metabolizan de forma completamente distinta en el organismo. La clave reside en el hecho de que, mientras todas las células del cuerpo pueden usar la glucosa, el hígado es el único órgano que puede metabolizar cantidades significativas de fructosa. Cuando la gente come una dieta rica en calorías y en fructosa, el hígado se sobrecarga y empieza a convertir la fructosa en grasa.

Dr. Lustig y otros científicos creen que el exceso de fructosa es el detonante de muchas de las enfermedades más serias de hoy en día, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y los problemas cardiovasculares. Según sus observaciones, comer altas cantidades de fructosa en forma de azúcar añadido puede:

- Hacer que el hígado sintetice grasa, parte de la cual se exporta en forma de colesterol y triglicéridos, provocando la acumulación de grasa alrededor de los órganos, y en último caso un fallo cardíaco.

- Incrementar los niveles de ácido úrico en sangre, provocando gota y una elevada tensión arterial.

- Provocar la acumulación de grasa en el hígado, pudiendo causar la enfermedad del hígado graso.

- Causar resistencia a la insulina, que provoca obesidad y diabetes de tipo 2.

- La resistencia a la insulina provoca el aumento de la proteína IGF-1 en todo el cuerpo (factor de crecimiento insulínico tipo 1), y con ello el riesgo de sufrir cáncer.

- La fructosa, al contrario que la glucosa, no activa la leptina (la hormona que regula el apetito), haciendo que consumamos más calorías de lo normal. Un exceso de fructosa puede provocar resistencia a la leptina, contribuyendo al aumento de la obesidad.

Si el hecho de que pueda provocar obesidad, cáncer, problemas cardiacos y diabetes no es razón suficiente para dejar de consumir azúcares añadidos, no sé qué lo es entonces.

De acuerdo, todo esto no ha sido demostrado más allá de toda duda en ensayos clínicos, pero las evidencias actuales son muy fuertes y apuntan en dicho sentido.




Es importante tener en cuenta que todo esto no se aplica a la fruta. La fruta no es una bolsa de fructosa, sino comida con bajos niveles energéticos y montones de fibra. Tendríamos que comer cantidades ridículas para que la fructosa resultara dañina. Los efectos perjudiciales de la fructosa se aplican a la dieta occidental con un exceso de calorías y azúcares añadidos, no a los azúcares presentes de forma natural en frutas y verduras.


Artículo original en inglés









20 agosto 2016

Un poco de mucha ciencia IV: La fructosa entra en juego


Traducción: Eva B.

El azúcar refinada o de mesa, llamada sucrosa, es mitad glucosa y mitad fructosa. El jarabe de maíz de alta fructosa es un 55% fructosa y un 45% glucosa.




El cuerpo humano metaboliza la glucosa y la fructosa, los azúcares más abundantes en nuestra dieta, de forma diferente. Prácticamente todas las células del cuerpo pueden usar la glucosa para obtener energía, pero las únicas que pueden encargarse de la fructosa son las células hepáticas. Lo que el hígado hace con la fructosa, especialmente cuando hay demasiada en la dieta, tiene consecuencias peligrosas para el hígado, las arterias y el corazón.




La fructosa fue durante mucho tiempo una parte minoritaria de nuestra dieta. A principios del siglo XX, un americano medio consumía del orden de 15 gramos de fructosa al día, la mayor parte procedente de la ingesta de fruta y verdura. Hoy en día consumimos cuatro o cinco veces esa cantidad (con una media de 73 gramos en los adolescentes), sobre todo procedente del azúcar refinado que se emplea para elaborar los cereales del desayuno, los pasteles, los refrescos, las bebidas de frutas, las salsas para la ensalada y otros productos dulces.

La entrada de fructosa en el hígado provoca una serie de reacciones químicas muy complejas. Una cuestión a tener en cuenta es que el hígado usa la fructosa, un carbohidrato, para producir grasa, en un proceso llamado lipogénesis. La mayor parte de la fructosa no se almacena en forma de glucógeno, sino que se emplea para producir grasa. Las células no pueden usar la fructosa para producir energía. Si alimentamos el hígado con suficiente fructosa, en las células hepáticas empiezan a acumularse pequeñas gotas de grasa, provocando la enfermedad del hígado graso no alcohólico, porque se parece a lo que sucede en el hígado de la gente que consume demasiado alcohol.




Virtualmente desconocida hasta 1980, la enfermedad del hígado graso no alcohólico afecta ahora al 30% de los adultos en Estados Unidos y otros países desarrollados, y entre el 70% y el 90% de las personas obesas o con diabetes.

En sus primeros estadios, la enfermedad del hígado graso es reversible, pero llegados a un punto el hígado se inflama y se produce daño (esteatohepatitis), que puede conducir a una cirrosis, una acumulación de tejido cicatrizado y por tanto la degeneración de la función hepática.




El metabolismo de la fructosa en el hígado no sólo provoca la acumulación de grasas, sino que eleva los triglicéridos, incrementa el denominado "colesterol malo", aumenta la acumulación de grasa alrededor de los órganos, incrementa la tensión arterial, provoca resistencia a la insulina e incrementa la producción de radicales libres, compuestos que pueden dañar el ADN y las células.

Los investigadores han empezado a buscar conexiones entre la fructosa, la enfermedad del hígado graso y las enfermedades cardiovasculares. Los primeros resultados coinciden con los comentados anteriormente debidos al metabolismo de la fructosa.




Un artículo publicado en 2010 en el "The New England Journal of Medicine" indicaba que las personas con enfermedad del hígado graso no alcohólico son más propensas a acumular placas de colesterol en las arterias y a desarrollar enfermedades cardiovasculares o morir a causa de ellas.

Recuerda que las mayores fuentes de fructosa son el azúcar refinado y el jarabe de maíz de alta fructosa, pero que la fruta y demás alimentos naturales no suponen ningún riesgo para la salud.

O ese paquete de fructosa pura que tienes ahí arriba. Una muerte lenta empaquetada con colorines bonitos y orgánicos. "Excellent substitute for sugar." De Guatemala a Guatepeor.