31 agosto 2016

Reflexiones personales con un bol de cereales: de vuelta a los inicios

Mes 1:

Como ya comenté al principio de esta historia, yo siempre he sido una persona gordita, con tendencia a engordar, y una niña con bastantes kilos de más. Desde que tengo 14 años siempre he vivido a régimen. Malvivo a base de guisos y filetes a la plancha con ensalada, cambiando las lentejas por judías y los tomates por judías verdes para no morir del aburrimiento. Ceno una ensalada. Y no adelgazo. Mi mente dice que ingiero menos calorías de las recomendadas, lo que se dice estar a dieta, pero no adelgazo.

La teoría predominante es que si quemas más calorías de las que ingieres, adelgazas. Punto. O mi metabolismo basal está estropeado, o yo no sé sumar (lo que va a ser un gran problema) o aquí falla algo.

Vaaale, que ya os estoy escuchando. Sí, me bebo una cerveza al día, de media. Pero eso vienen a ser unas 100 calorías. Si me ceno un tomate aliñado ya lo he compensado, ¿no? Vamos, que es una cerveza, dos los fines de semana. Eso no debería arruinar años de filetes a la plancha.

Que las únicas grasas que entran en mi casa, aparte de mis michelines, es la botella de aceite de oliva virgen para las tostadas y la ensalada. Que hasta los yogures son desnatados.

Hay noches que incluso no ceno y me tomo un cuenco de cereales, no esos del anuncio pero de muesli con fruta. Por cambiar un poco. O desayuno cuatro galletas en vez del chorreón ese de aceite en la tostada o la capa medio invisible de mantequilla. Por aquello de no atiborrarme.




Y no funciona. Me estoy deprimiendo, la verdad. Vivo deprimida y al borde de la inanición ;)

Y entonces empiezo a leer acerca de estas teorías (sobre las que seguiré insistiendo), que afirman que una caloría no es una caloría. Es decir. que todas las calorías no son iguales. Y leo, y leo, y me voy a la cocina a mirar las etiquetas de los alimentos y empiezo a descubrir cosas que no había notado antes. En las que no me había fijado nunca.

¿Y si tienen razón? ¿Y si son los cereales, las galletas, el tomate frito, los zumos y las barritas energéticas esas para matar el hambre las que lo están estropeando todo?

No puedo convencer al mundo, pero puedo usarme a mí misma de conejillo de indias. No es que vaya a tirar la comida que ya tengo, pero cuando se acabe, se acabó. Vamos a probar la teoría. ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Que voy a tener que cambiar de marca de cereales y las galletas por un sandwich de queso? ¿Los zumos de naranja por los de tomate? ¿Té helado? ¿¿Comer con agua??

¿Y si puedo comerme un bocata de jamón y un plato de chícharos sin remordimientos? Y un filete con patatas...

¿Y si sólo consiste en racionar la ingesta de azúcar? Porque es verdad lo que comentan todos acerca de los 30 años. Hace 30 años cambiamos la forma de comer... y no funciona.

PS: Es difícil hacer un estudio de estos, porque tú coges a un grupo de cien voluntarios y les dices: "queremos saber si el azúcar es mala, así que os vamos a atiborrar durante un mes a ver si os da un yuyu y se os empieza a estropear el hígado", y van te sacan el dedo. Vale, no todos, pero seguro que alguno te saca el dedo ;)
Estudios hay, pero muy pocos. No resulta muy ético, la verdad. Sólo puedes coger a la gente que consume mucha azúcar, por iniciativa propia, y ver qué les está pasando. Y a los que no consumen casi ninguna, y ver si les pasa lo mismo, y de ahí tratar de extrapolar (bonita palabra que me recuerda al tema 24 de las oposiciones) los resultados.

Y la gente me dice: "Pesá eres un rato, ¿pero has adelgazado?" Bueno, puede que un par de kilos, pero tirada en el sofá con una cerveza en la mano y el aire acondicionado puesto... pues como que no. Pero también es verdad que me siento mucho mejor, y que yo prácticamente nunca he tomado azúcar, salvo la que me colaban sin enterarme.

Y ahora, de vuelta al trabajo empieza de verdad la prueba de fuego. ¿Funcionará?








30 agosto 2016

Petit suisse

Cuando yo era pequeña decían que estas cosas había que tomarlas de dos en dos, para crecer alto y fuerte. Mi madre nunca me dio uno. De hecho, creo que hace un año le "robé" uno a mi sobrino para averiguar a qué sabían. 

A lo mejor por eso me he quedado tan chica...



Ingredientes: leche desnatada, azúcar, nata, 6% de fruta.
El azúcar antes que la fruta. Me parece genial, la verdad.
13.5% de azúcar. Aun teniendo en cuenta que parte de ella proviene de la lactosa de la leche... es una barbaridad.
Y carmín.

Luego tenemos la variedad marca blanca DIA.




¿Apostamos? ¿Mejor o peor?




Pues más o menos lo mismo. Un 10% de azúcar, que junto con la lactosa se convierte en un 13%, un 6% de fruta, independientemente de la variedad, y jarabe de glucosa y fructosa, pos si no estaba ya bastante dulce con el azúcar.

Lo único bueno que le encuentro a esto es que la poca fruta que lleva es de verdad y no aromas.

Vamos, que nos meten una porquería detrás de otra.

Queso fresco con fruta: pues queso fresco y fruta. Vale, algún conservante para que no se estropee antes de que te lo comas pero, ¿por qué hay que atiborrarlo de porquerías? Que cada uno le eche el azúcar que le apetezca, si es que le apetece.







29 agosto 2016

Una breve historia de la Coca Cola

La Coca Cola, inicialmente concebida como un medicamento que se vendía sin receta, y de dudosa eficacia, fue inventada a finales del siglo XIX por John Pemberton.



El nombre hace referencia a dos de sus ingredientes originales: nueces de cola (una fuente de cafeína y origen del término "cola"), y hojas de coca, aunque la cocaína fue totalmente eliminada de los productos alrededor del año 1929.

Veamos la composición típica de una lata de Coca Cola. Aunque los ingredientes y porcentajes varían dependiendo de los países, el porcentaje de azúcar se sitúa en torno al 10% - 11%:



En una botella de 250 cl, un quinto para los amigos, tenemos 27 gramos de azúcar añadido. Creo que la etiqueta lleva a confusión, porque indica que corresponden a un 29% de la cantidad diaria recomendada, lo cual lleva a pensar que uno puede ingerir alrededor de 100 gramos de azúcar al día, y quiero creer que aquí sí que van incluidos los azúcares presentes de forma natural en frutas y verduras. Aun así, 27 gramos de azúcar ya son la cantidad recomendada de azúcares añadidos diarios.
Los médicos no aconsejan más de un botellín a la semana.

Si cambiamos de país cogemos una lata americana, lo primero que notamos es que además le han añadido sal. ¿Qué consiguen con esta jugada en principio absurda? Pues que te entren ganas de orinar, tengas más sed y pidas otra Coca Cola.




Además, no nos indica el porcentaje de azúcar que estamos ingiriendo respecto a la cantidad diaria recomendada. Sí el de hidratos de carbono, pero es que no son lo mismo. Según mis cálculos, sería del 42% por ciento (casi la mitad diaria de azúcar en una sola lata de refresco), y ya habríamos superado con creces la cantidad de azúcar añadida recomendada.

Gráficamente podemos verlo así, donde junto a cada envase se ha indicado la cantidad de azúcar que contiene.




Pero la cosa no acaba ahí, y va a peor.

La compañía ha seguido diferentes estrategias a la hora de comercializar su producto y conseguir que bebamos más. En la siguiente foto se aprecia cómo han evolucionado los envases con los años (llevándonos a beber más y más cada vez), así como cuál sería el peso ganado durante un año si tomáramos uno de esos envases diariamente. Porque, como todo el mundo sabe, "una botella de medio litro de Coca Cola no está pensada para dos personas, sino que es una sola ración).

Nota: las medidas son americanas, por lo que las cantidades pueden resultar extrañas.



Es decir, tomando diariamente una lata de Coca Cola, en un año engordaríamos 7 kilos. Fabuloso.

Y las cosas siguen empeorando.

En 1985 la compañía reemplazó la fórmula original por una nueva, a la que llamaron New Coke. Los ensayos a ciegas habían demostrado que los consumidores preferían el sabor más dulce de la Pepsi. El nuevo invento era más dulce que el original y contenía más calorías y mayor cantidad de cafeína, que es un diurético, y por lo tanto aumentaba todavía más las ganas de orinar, y la sed.




La nueva fórmula no cuajó, y tras apenas tres meses en el mercado fue rebautizada como "Canadian Coke", empezó a ser retirada de las tiendas americanas y sustituida de nuevo por la receta original, bautizada ahora como "Classic Coke". Pero con un ligero cambio. Mientras anteriormente los envases de Coke llevaban azúcar, ahora todos ellos usaban jarabe de maíz de alta fructosa como endulzante. Más dulce, más barato, más dañino por contener un 55% de fructosa.

Aunque antes de 1985 algunos fabricantes de Coca Cola ya usaban el JMAF en sus productos, tras la reintroducción de la "antigua" fórmula se convirtió en una práctica habitual y casi universal.









28 agosto 2016

Litoral: Judías con chorizo y similares

Uno de mis guisos favoritos, a pesar de sus efectos secundarios, son las judías blancas (chícharos), con arroz y chorizo. Que más o menos viene a tener este aspecto.




Evidentemente uno puede cocinarlas "from scratch", desde cero, y si a alguien le interesa yo le paso la receta de mi madre, esa misma que lleva tres años en un cajón y no he usado nunca.

Seamos sinceros, hay mucha gente en el mundo que no tiene tiempo ni ganas de ponerse a elaborar platos complejos. Y entonces ves en la tele a al abuelita de Litoral, esa encantadora anciana vestida de negro que va repartiendo botes de fabada a diestro y siniestro, y a uno le entran ganas de bajar al supermercado a comprar un par de latas, hacerse a la idea de que está comiendo bien, y olvidarse de peroles y sartenes.



Pero... ¿esto es sano? ¿O nos están colando otro puñado de porquerías bajo la apariencia de comida saludable?




Veamos: en 100 gramos de producto tenemos 153 calorías, menos de un 1% de azúcar, 4% de grasas saturadas y 5.2% de fibra alimentaria. Y en una ración de 435 gramos tenemos 460 calorías, 2 gramos de azúcar y 15.6 gramos de fibra. Teniendo en cuenta que esto representa la principal comida del día... yo diría que se trata de una excelente opción.

Excepto porque lleva morcilla. A mí no me gusta la morcilla. Me da asco la morcilla :( :( :( :(

¿Y el resto de los productos de la misma marca?

Garbanzos al estilo de la abuela:



No lleva azúcar añadida!! Ni morcilla !!

Por ración: 350 calorías, 2.7 gramos de azúcar, 9 gramos de fibra.


Fabes con almejas:



Por ración: 313 calorías, 2 gramos de azúcar y 15 gramos de fibra.

No llevan colorantes ni conservantes. Voy a hacer una colecta para mandarle unas cuantas latas al holandés ese de la narices.

Independientemente de que estén mejores o peores, desde el punto de vista nutricional esta es una muy buena opción para no tener que cocinar.

PS: Los "efectos secundarios" son los que hacen que sea bueno para el cuerpo. En palabras de Robert Lustig: "Either you fart or you are fat."








27 agosto 2016

Intento de asesinato ;)

Ayer nos paramos en un bar de carretera para tomarnos un café antes de seguir con el viaje, y yo pedí una lechemanchadafría, y me trajeron esto:




Dos. Traía dos sobres de azúcar de fábrica !!!
Me quieren envenenar !!!

PS: Coñas aparte, estamos tan acostumbrados a tomar azúcar que directamente te ponen dos sobres. Y uno cortesía de la casa para que el cliente se sienta feliz.






26 agosto 2016

Almendras

Un ejemplo más de cómo nos la cuelan por todos lados.

Buscando una bolsa de almendras el otro día me encontré con distintas variedades en el supermercado. Las normales, las fritas, y unas que se llamaban crocanti. Como ya no puedo evitar leer las etiquetas hasta de las camisetas que me compro a ver qué les han añadido...




Almendras crudas, almendras sin más:




Por 100 gramos tenemos 600 calorías, 5% de azúcar, y un 10% de fibra. Lo que cabía esperar. Sin sobresaltos.

Almendra crocanti:





O más bien crocanti de almendra. Ingredientes: azúcar y almendra, por ese orden. Por lo que más de la mitad del paquete es simplemente azúcar. Efectivamente, 70%.

En cambio tiene menos calorías, de donde se deduce que no todo es cuestión de ir contando calorías, sino que hace falta ahondar un poco más. Y aunque no se vea, no llega al gramo de fibra. Una bomba.

Cambiamos la grasa natural de las almendras por azúcar añadido.











25 agosto 2016

El desayuno de Terelu Campos

Según comentan en el periódico (las porquerías que lee una cuando está aburrida), el programa más visto del pasado jueves fue el reality sobre la vida de Mª Teresa Campos y su prole, especialmente enfocado a la comida. Porque a Terelu, "la talla 36 le quedaba grande." Y ahora pues va a ser que como que no.



Al parecer, doña Terelu desayuna un vaso de leche desnatada con Cola Cao y endulzada con stevia. A la leche le quitamos la grasa (que no es mala), le echamos dos o tres cucharadas de un alimento que es básicamente azúcar (70%), y por si no estaba bastante dulce, stevia va.

Agua sucia con toneladas de azúcar.

Según siguen comentando (no puedo opinar, porque yo he dado la tele de baja, literalmente, que la de ONO pensaba que se me había ido la pinza, que sólo son diez euros más al mes!!!) para la cena hicieron una ensalada y demás verduritas, y la señora comentó que "ella no comía alpiste, que eso es para las vacas y nadie ha visto una vaca delgada."

Todo un portento de sabiduría esta Terelu, no sé dónde estaríamos sin ella. Dando sanos consejos sobre nutrición a todos los pobres españoles.

Como digo, el programa más visto del jueves. Lo que dice mucho acerca de este país, estemos o no de vacaciones.









24 agosto 2016

Un holandés deja el azúcar, los colorantes y los conservantes durante un mes


Joe, a mí nadie me está haciendo un vídeo !!!




Bueno, que al final el tío lo pasa fatal y casi se muere de hambre a base de fruta, verdura y pescado a la plancha.

De donde deduzco que el tío era un poco muy ceporro, porque no sé por qué no se comió un buen chuletón con patatas y un bollo de pan. Vale, sin cerveza. Es que se lo ha montado muy mal. Se trata de dejar de comer azúcar, no de ponerse a dieta estricta.

Este tampoco ha oído hablar de la paella, las lentejas, el cocido o las judías con arroz. Pasta con tomate, tortilla de patatas, atún encebollado... ¿Por qué no se lleva al cine un paquete de cacahuetes?

Con lo bueno que está un plato de judías con chorizo.








23 agosto 2016

¿Por qué es mala la fructosa?

El azúcar (sucrosa) y el jarabe de maíz de alta fructosa aportan una parte significativa de las calorías totales en una dieta occidental estándar. Los dos están formados por dos azúcares simples, glucosa y fructosa.

La glucosa podemos encontrarla en la naturaleza en el almidón, en alimentos como las patatas o los cereales. Nuestro cuerpo la produce, y todas las células en la faz de la tierra contienen glucosa. Es una molécula esencial para la vida. Sin embargo, la fructosa no lo es. Los humanos no producen fructosa, y durante toda su historia evolutiva no la han consumido nunca, excepto de forma ocasional cuando la fruta estaba madura.

La glucosa y la fructosa se metabolizan de forma completamente distinta en el organismo. La clave reside en el hecho de que, mientras todas las células del cuerpo pueden usar la glucosa, el hígado es el único órgano que puede metabolizar cantidades significativas de fructosa. Cuando la gente come una dieta rica en calorías y en fructosa, el hígado se sobrecarga y empieza a convertir la fructosa en grasa.

Dr. Lustig y otros científicos creen que el exceso de fructosa es el detonante de muchas de las enfermedades más serias de hoy en día, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y los problemas cardiovasculares. Según sus observaciones, comer altas cantidades de fructosa en forma de azúcar añadido puede:

- Hacer que el hígado sintetice grasa, parte de la cual se exporta en forma de colesterol y triglicéridos, provocando la acumulación de grasa alrededor de los órganos, y en último caso un fallo cardíaco.

- Incrementar los niveles de ácido úrico en sangre, provocando gota y una elevada tensión arterial.

- Provocar la acumulación de grasa en el hígado, pudiendo causar la enfermedad del hígado graso.

- Causar resistencia a la insulina, que provoca obesidad y diabetes de tipo 2.

- La resistencia a la insulina provoca el aumento de la proteína IGF-1 en todo el cuerpo (factor de crecimiento insulínico tipo 1), y con ello el riesgo de sufrir cáncer.

- La fructosa, al contrario que la glucosa, no activa la leptina (la hormona que regula el apetito), haciendo que consumamos más calorías de lo normal. Un exceso de fructosa puede provocar resistencia a la leptina, contribuyendo al aumento de la obesidad.

Si el hecho de que pueda provocar obesidad, cáncer, problemas cardiacos y diabetes no es razón suficiente para dejar de consumir azúcares añadidos, no sé qué lo es entonces.

De acuerdo, todo esto no ha sido demostrado más allá de toda duda en ensayos clínicos, pero las evidencias actuales son muy fuertes y apuntan en dicho sentido.




Es importante tener en cuenta que todo esto no se aplica a la fruta. La fruta no es una bolsa de fructosa, sino comida con bajos niveles energéticos y montones de fibra. Tendríamos que comer cantidades ridículas para que la fructosa resultara dañina. Los efectos perjudiciales de la fructosa se aplican a la dieta occidental con un exceso de calorías y azúcares añadidos, no a los azúcares presentes de forma natural en frutas y verduras.


Artículo original en inglés









21 agosto 2016

Zumo de fruta ecológico GutBio

Alguien me mandó el otro día estas fotos desde un supermercado (sí, se admiten contribuciones), alegando que parecían una buena opción. Creo que necesita un nuevo par de gafas.

Son dos botellas de zumo, uno de granada y otro de uva (lo que en mi tierra siempre hemos llamado mosto, supongo) procedentes de la agricultura ecológica. Pues nada, si son ecológicos ya tienen que ser buenísimos, como decía una compañera mía.

"No es que no me fíe de ti. Es que no me fío de nadie." Como dice el del programa de empeños de la tele cuando le traen un rifle del siglo XIX.

Vamos a por el de granada.



14.6% de azúcar, 35 gramos de azúcar en un vaso, que según el "zopenco" que ha escrito la etiqueta, representa en 39% de la cantidad diaria recomendada. Calculadora... Así que también nos recomienda embutirnos con 90 gramos de azúcar diarios.

Supongo que el de uva debe ser peor, porque precisamente por eso usan la uva para hacer vino, porque tiene mucha cantidad de azúcar que fermenta en alcohol.



Sí, perfecto, 23% de azúcar, casi la cuarta parte. Con un vaso ya nos hemos metido un chute de 55 gramos de azúcar (por lo menos es consecuente con los datos, es un detalle). Sí, también nos recomienda 90 gramos diarios de azúcar.

Porque si dice que con un solo vaso ya te has tomado el doble de lo que deberías... a ver quién es el gili que les compra la botellita, por muy mona y ecológica que sea.

Más ecológico todavía es que me exprima yo las naranjas en casa.

¿Cómo es que nunca nos hemos parado a mirar estar cosas, más allá de las calorías puras y duras?

No sé si ha quedado claro. Son lo mismo. A nivel metabólico un zumo y un refresco son los dos igual de malos. No le estás haciendo un favor a nadie, ni a ti mismo, comprando un zumo de naranja, de granada o de melocotón. Y tampoco si lo exprimes. Al quitarle la fibra lo conviertes en una bomba para tu cuerpo.

Olvida los zumos y cómete la fruta entera. Aunque eso signifique que, como en mi caso, tienes que vender ese exprimidor tan mono que compraste el año pasado y apenas si has usado un par de veces.



20 agosto 2016

Un poco de mucha ciencia IV: La fructosa entra en juego


Traducción: Eva B.

El azúcar refinada o de mesa, llamada sucrosa, es mitad glucosa y mitad fructosa. El jarabe de maíz de alta fructosa es un 55% fructosa y un 45% glucosa.




El cuerpo humano metaboliza la glucosa y la fructosa, los azúcares más abundantes en nuestra dieta, de forma diferente. Prácticamente todas las células del cuerpo pueden usar la glucosa para obtener energía, pero las únicas que pueden encargarse de la fructosa son las células hepáticas. Lo que el hígado hace con la fructosa, especialmente cuando hay demasiada en la dieta, tiene consecuencias peligrosas para el hígado, las arterias y el corazón.




La fructosa fue durante mucho tiempo una parte minoritaria de nuestra dieta. A principios del siglo XX, un americano medio consumía del orden de 15 gramos de fructosa al día, la mayor parte procedente de la ingesta de fruta y verdura. Hoy en día consumimos cuatro o cinco veces esa cantidad (con una media de 73 gramos en los adolescentes), sobre todo procedente del azúcar refinado que se emplea para elaborar los cereales del desayuno, los pasteles, los refrescos, las bebidas de frutas, las salsas para la ensalada y otros productos dulces.

La entrada de fructosa en el hígado provoca una serie de reacciones químicas muy complejas. Una cuestión a tener en cuenta es que el hígado usa la fructosa, un carbohidrato, para producir grasa, en un proceso llamado lipogénesis. La mayor parte de la fructosa no se almacena en forma de glucógeno, sino que se emplea para producir grasa. Las células no pueden usar la fructosa para producir energía. Si alimentamos el hígado con suficiente fructosa, en las células hepáticas empiezan a acumularse pequeñas gotas de grasa, provocando la enfermedad del hígado graso no alcohólico, porque se parece a lo que sucede en el hígado de la gente que consume demasiado alcohol.




Virtualmente desconocida hasta 1980, la enfermedad del hígado graso no alcohólico afecta ahora al 30% de los adultos en Estados Unidos y otros países desarrollados, y entre el 70% y el 90% de las personas obesas o con diabetes.

En sus primeros estadios, la enfermedad del hígado graso es reversible, pero llegados a un punto el hígado se inflama y se produce daño (esteatohepatitis), que puede conducir a una cirrosis, una acumulación de tejido cicatrizado y por tanto la degeneración de la función hepática.




El metabolismo de la fructosa en el hígado no sólo provoca la acumulación de grasas, sino que eleva los triglicéridos, incrementa el denominado "colesterol malo", aumenta la acumulación de grasa alrededor de los órganos, incrementa la tensión arterial, provoca resistencia a la insulina e incrementa la producción de radicales libres, compuestos que pueden dañar el ADN y las células.

Los investigadores han empezado a buscar conexiones entre la fructosa, la enfermedad del hígado graso y las enfermedades cardiovasculares. Los primeros resultados coinciden con los comentados anteriormente debidos al metabolismo de la fructosa.




Un artículo publicado en 2010 en el "The New England Journal of Medicine" indicaba que las personas con enfermedad del hígado graso no alcohólico son más propensas a acumular placas de colesterol en las arterias y a desarrollar enfermedades cardiovasculares o morir a causa de ellas.

Recuerda que las mayores fuentes de fructosa son el azúcar refinado y el jarabe de maíz de alta fructosa, pero que la fruta y demás alimentos naturales no suponen ningún riesgo para la salud.

O ese paquete de fructosa pura que tienes ahí arriba. Una muerte lenta empaquetada con colorines bonitos y orgánicos. "Excellent substitute for sugar." De Guatemala a Guatepeor.




19 agosto 2016

Rosquillas bombón tipo donuts

Hace unos días me encontré una foto en internet de lo que parece ser una caja de lo que todos conocemos como donuts de chocolate.


No hay detalles acerca de la marca o el establecimiento que las vende, pero para este caso tampoco nos hace falta saberlo. Esta es la foto.




Vamos a analizar lo que pone ahí, porque a mí ya me están entrando los escalofríos. Suponiendo que todo el mundo se acuerda de cómo calcular porcentajes, o hacer reglas de tres, o resolver ecuaciones, o como quieras (la regla de tres es lo más fácil)...

Si 3.1 gramos de azúcar, es el 3% de la cantidad diaria recomendada de azúcar, entonces la cantidad total diaria recomendada de azúcar es el 100% (calculadora) 103 gramos !!!

Ahí dice que "se nos orienta" a comer más de 100 gramos de azúcar al día. ¿Alguien se ha parado a pensar en lo que son 100 gramos de azúcar? Eso debe ser más de lo que hay en el azucarero de la cocina !!!

Porque si pusieran lo que de verdad recomienda la OMS, entonces un donut contendría más del 10% diario de la cantidad de azúcar recomendada, y como nos las comemos de dos en dos, ¿¿¿quién cojones con dos dedos de frente y que sepa leer les iba a comprar el producto???



18 agosto 2016

Un poco de mucha ciencia III: Resumiendo el metabolismo de la glucosa

Vamos a repasarlo de nuevo porque esto es MUY importante, aunque no por las razones esgrimidas hasta ahora. Si este punto no queda lo suficientemente claro, no voy a ser capaz de convencerte de que TIENES QUE DEJAR DE COMER AZÚCAR !!!



"Después de comer los niveles de azúcar en sangre suben, lo que provoca que el páncreas segregue insulina como una señal para que las células absorban la glucosa, que emplearán para generar energía.

Si hay un exceso de glucosa en sangre, el hígado la absorbe y la almacena en forma de glicógeno. Cuando el hígado se llena de glicógeno, empieza a convertir la glucosa en ácidos grasos, que se almacenan en forma de grasa corporal."


Este es un proceso completamente normal y en la mayor parte de la población no ha supuesto nunca un problema, salvo los ocasionales kilitos de más antes de la operación bikini.

PS: A tener en cuenta que hasta ahora hemos hablado única y exclusivamente del papel de la glucosa. La glucosa NO es el problema.





17 agosto 2016

Magnum de Frigo vs. Bombón Hacendado


No me resigno. Cada vez que voy al Mercadona (y ya están pensando poner mi foto en la puerta como cliente del año, o del siglo), me choco con el cajón de los helados y me quedo allí transfigurá mirando pa'bajo.



Azúcar, azúcar, azúcar, los que no tienen azúcar tampoco tienen nada más y sólo se puede escoger entre dos, sandwich de nata o limón helado. Que no hay chocolate por ninguna parte.

Y entonces se me enciende la lucecita. Eso es porque soy una rácana y siempre me voy a por la marca blanca para ahorrar. Seguro que si busco uno de los de marca de verdad, de esos que anuncian por la tele con panteras negras, seguro que esos tienen mucha más calidad, que para eso los paga uno al doble de precio, ¿no?

Los pringaos estos de Mercadona sólo tienen Hacendado. Me voy a ir con las manos vacías

Vale, vale, que no cunda el pánico. Dejo las bolsas en el piso y me cambio de supermercado, ¿no? Y mientras me tomo un vaso de agua helada para quitarme la caló decido bucear un rato en Internet, que si hay que ir se va, pero que ir pa na es tontería.





Vale, a ver, el Magnum White tiene un 31% de azúcar, el Magnum Infinity Chocolate un 24% y el Magnum Double Caramel un 35%. Una salvajada!!!
Y si además supongo que los garabatos esos del final significan "por unidad", (¿es que los españoles no les hacen fotos a las cajas de helado?), entonces me dice que la cantidad diaria recomendada de azúcar es de 90 gramos. 90 gramos de azúcar es una hartá de azúcar para enfilársela diariamente!!!

Me están entrando escalofríos.

Vale, volvamos a los orígenes. ¿Qué pasa entonces con los de Hacendado? ¿Son igual de malos? Porque peores la verdad es que parece difícil.





Pues estamos en las mismas. Espera que haga las cuentas, que los primeros no vienen por 100 gramos. El Bombón Doble Chocolate tiene un 24.7% de azúcar, el Bombón Almendrado un 25.9% y el Bombón Galleta un alucinante 33.5%. Vamos, que si te comes tres, uno de ellos está hecho entero de azúcar.

Que te comes un helado y ya has superado todas las recomendaciones diarias y te tienes que tirar el resto del día a base de agua.

Ni una triste