10 agosto 2018

Mochi helado Hacendado

Uno de los productos veraniegos que más éxito han tenido este año en la cadena de supermercados Mercadona es el mochi helado. ¿Y qué es el mochi?

"El mochi es un pastelito de arroz glutinoso molido en una pasta y después moldeado, que puede tomarse relleno o tal cual." Y al parecer está tan pegajoso que todos los años la palma algún que otro japonés cuando se le queda atrancado en la garganta. ¿Es que se los zampan a lo bruto de una sola vez?





"El Mochi Helado es un dulce de origen japonés elaborado con una masa blanda de arroz, relleno de helado y espolvoreado con almidón de maíz." Y que en Mercadona podemos encontrar en dos sabores: Mango y Coco. En bandejas de seis unidades por el módico precio de 2.65€





Yo sigo intentando "portarme bien" y quitarme de los helados. Intentando siendo la palabra clave. Porque, venga ya, estamos en verano, en vacaciones, hace calor aunque no se nos estén derritiendo las cejas y no puede pretender uno vivir de bocadillos de lechuga en pan de centeno. Así la tercera vez que bajé al Mercadona y vi que el 80% de la gente que iba por delante de mí en la cola de la caja llevaba una cajita de estas... y que algunos hablaban en susurros de ataques compulsivos de comedura de mochi... me picó la curiosidad. Primero se prueba y luego se mira la etiqueta, o seguro que los remordimientos me agarran por la garganta y soy incapaz de salir por la puerta.

¿Mango o coco? Coco, no me gusta el mango. Nunca me ha gustado el mango.

Así que aquí estoy yo después de comer con la bandejita de mochis en la mano, tan monos ellos (bueno, cuando los sacas de allí, porque al ser todo blanco la verdad es que los pobres, cual camaleón asustado, se mimetizan con el ambiente), cojo uno, le doy un bocado... y sí que tenían razón, esto está muy bueno y no puedes comerte sólo uno. De tres en tres acabaron cayendo.

Así que la siguiente vez que bajo al Mercadona, concienciándome de que soy lo suficientemente fuerte como para resistir la tentación y comérmelos de uno en uno, y que me van a durar una semana, y que algo tan chico no puede destrozarme el hígado y llenarme las venas de insulina... llego al arcón frigorífico y observo ensimismada que el ganador indiscutible es el mochi de mango, porque quedan dos cajas allí en el fondo, mientras que los de coco rebosan por todas partes. Lucha mental entre no me gusta el mango y esto debe estar buenísimo para que todo el mundo lo prefiera... me llevo el de mango, lo que en mi caso significa prácticamente tener que lanzarme dentro del arcón para poder pescarlo. Esto es un tipo de discriminación silenciosa que no sale en los medios de comunicación, la falta de banquetas en los supermercados para que los bajitos no tengamos que acabar a saltos, escalando estantes o boca abajo dentro de los arcones. Cualquier día me caigo dentro.

Y allí estoy yo de nuevo después de comer con mi badejita de mochis en la mano, tan monos ellos todos amarillitos... y les hinco el diente y... ¡no me gusta el mango! Na, que me tengo que dejar llevar por el rebaño como una oveja más sin tener criterio propio.

Y volví a por uno de coco y por suerte se me ha pasado ya el antojo y he vuelto al pan de centeno.

¿Y la información nutricional? He guardado las cajas para asustarme un poco.




Pues lo que era de esperar en un dulce helado: 31% de azúcar el de coco y 33% el de mango. Dado que, no sé si he comentado que no me gusta el mango ;), cada mochi contiene 11.2 gramos de azúcar y 91 calorías, así que salvo atracones, vamos bien. Verano, vacaciones, helado.



-) Mochi: el postre japonés que triunfa contra todo pronóstico

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