¿Y qué hay de la marca blanca por excelencia? Me acerco a la nevera-expositor y observo con deleite que tienen una versión "sin azúcares añadidos". Prácticamente lanzo al suelo la cesta con la compra, y eso que tiene ruedas y va rodando, y me tiro a por el vaso de plástico pensando que acabaré saliendo en los programas esos de zapping, entre caída y caída. "Mi reino por un café."
Pero, ¿esto es tan bueno como parece o me han echado un 48% de edulcorantes como hacen con los cereales? Media vuelta. Los clientes me miran de reojo preguntándose qué tipo de ataque está sufriendo la loca esta.
Bebida a base de leche y café. Ingredientes: Leche semidesnatada, 18% de café arábica...
18% de café. Del bueno. Creo que acabo de enamorarme.
Contenido elevado de cafeína. Pues de eso se trata, de que no vaya yo como un zombie por las esquinas, quedándome dormida con la tiza en la mano...
"No recomendado para niños ni mujeres embarazadas o en período de lactancia." Se les ha olvidado añadir "personas hiperactivas que se suben por las paredes y van dando saltos por las escaleras", así que me lo puedo tomar.
En cuanto al sabor... bueno, puede que sea porque estoy acostumbrada a la leche entera y a un café con menos cuerpo para no salir disparada cual cohete en dirección al sol, pero a mí personalmente no me gustó. Demasiado fuerte. Sí, es que en el fondo soy cafetera de los de mentira. Pero para una emergencia...
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