13 octubre 2016

Belvita desayuno

Recuerdo yo hace un par de años, volviendo de París en el avión, mi sobrino sacó un paquete con cuatro galletas, así sin caja ni nada, que tenían una pinta buenísima que se te metían por los ojos. Le pedí una, le di un mordisco y no pude evitar preguntarme por qué demonios mi cuñada le compraba galletas de paja a sus hijos, que tampoco estamos tan mal de dinero. Que aquello estaba más seco que el desierto del Sahara y además no sabía a nada.



Hace como un año, recién instalada en mi nuevo domicilio, vi en la tele el anuncio ese de "Belvita desayuno" que te hace querer salir corriendo al Mercadona en busca de una caja, de lo bonito que te lo pintan, que si energía para toda la mañana, y ahora con las espiguitas de trigo bailando al compás, vamos, para no volver a comer otra cosa en el resto de tu vida.

Y no pude evitar la tentación. Porque la tele es muy mala. Sobre todo para el peso corporal.

Abrí la caja expectante, le hinqué el diente a una de las galletas... y volví a encontrarme en aquel avión de vuelta de París. Y como mi madre dice que la comida no se tira, fui buena chica y me comí la caja enterita. Hasta la última miga. Reconozco que me costó vida y milagros, pero eh, que me estaba cuidando y almacenando energía para toda la mañana, con cereales integrales y todo.

Supongo que por eso las han sacado en versión chocolate y yogur, porque de verdad que son dificilillas de tragar.

Ahora veo las cosas con otros ojos. Vamos allá.


75% de cereales y 22% de azúcar. Menos de un 1% de leche. Bien empezamos.
¿De verdad te dejan poner un ingrediente en la etiqueta si lleva menos de un 1%? Que digo yo que por la misma regla de tres podían añadir "partículas aéreas", porque seguro que les ha caído más cantidad de polvo encima mientras las hacían.



55% de cereales, 28% de azúcar y 3% de yogur.
Peor seguimos.



57% de cereales, 29% de azúcar y 13% de chocolate.
Fatal que acabamos.

¿Por qué el azúcar siempre es el segundo ingrediente de la lista? ¿Un 30%? ¿En serio? ¿Y cómo hay alguien con la suficiente cara dura como para decir que esto es sano?

¿Y cómo es que el Ministerio de Sanidad, la OMS o quien sea no hace nada al respecto? ¿Dónde están los tan mal llamados expertos? Ah, claro, que les han engrasado la mano para que se vayan a casa a dormir calentitos y con la conciencia tranquila por el trabajo bien hecho...



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