Y como cuando yo me estrello me estrello de verdad, me traje no una, sino dos variedades de cereales. Para intercalar entre semana cuando tengo que entrar a primera hora, se me ha olvidado sacar el pan de congelador la noche anterior y la mantequilla es un bloque de cemento.
Copos integrales sin azúcares añadidos. Mira tú qué bonitos.
Ah, no, que he leído mal. Copos de trigo integral y arroz. Al parecer el arroz NO es integral.
Como la vez anterior, la doy la vuelta al envase y leo la información nutricional. Total, ahí fuera estaba diluviando y aquí se está seco y calentito.
1.3% de azúcares. Eso de los polialcoholes está empezando a cabrearme, pero de momento lo dejo estar y me llevo la caja.
Pero después del chasco del muesli, y el sábado por la mañana una vez en casa, cojo de nuevo la caja y le doy la vuelta temiéndome lo peor.
Efectivamente.
Cereales: 75%. El resto son edulcorantes. Un cuarto del paquete son edulcorantes.
Y la pregunta que lanzo y una vez más es, ¿por qué hay que echarle azúcar o edulcorantes a todo? ¿Es que las cosas no pueden tener su sabor original? ¿Es que la gente es tan vaga, o tan inútil, que si no está lo bastante dulce para su gusto no pueden abrir el azucarero y como si se lo quieren volcar encima? ¿Por qué los demás tenemos que tragárnoslo también o renunciar a comer el 98% de los productos que hay en el mercado?
Para darme de chocazos contra la pared :(
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